La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es la responsabilidad que
asume una empresa u organización ante la sociedad por los impactos de su
actividad y por la corresponsabilidad en los asuntos comunes que
afectan a la sostenibilidad del mercado, de la sociedad y del medio
ambiente. En su máxima expresión, y más conectada con el sentido
estratégico, pretende desarrollar un modelo de empresa con una excelencia social que le permita crear valor compartido, es decir, valor económico y social a la vez.
La RSC se estructura como una política de empresa basada en el compromiso con el desarrollo humano y con la sostenibilidad global,
a partir de la cual la organización incorpora en los procesos de
creación de valor intereses e inquietudes de los agentes que
legítimamente toman parte en su interés (accionistas, empleados,
clientes, ciudadanos, proveedores, financiadores, reguladores, agentes
sociales, organizaciones sociales...).
La RSC supone un compromiso integral y integrado a partir de los cinco grandes vectores de impacto empresarial: económico, laboral, ambiental, social, y buen gobierno;
integral porque forma parte del modelo de empresa, afecta a todas las
áreas y se extiende por la cadena de valor; integrado porque incorpora
en la gestión, los procesos y los procedimientos.
Metodológicamente, la RSC implica la formulación de un compromiso ético orientado a la sostenibilidad, que afecte a los diferentes vectores, y se desarrolle con un sistema de gestión de mejora continua que permita identificar los temas relevantes, dialogar con los grupos de interés, desarrollar buenas prácticas y rendir cuentas.
La RSC ha nacido como un enfoque empresarial y, al margen de aportar un valor a la sociedad y dar respuesta a los retos que ésta plantea, pretende legítimamente garantizar la sostenibilidad empresarial a partir de fortalecer la capacidad adaptativa a los nuevos requerimientos de la sociedad y desarrollar la gestión de los activos intangibles
(talento de los equipos humanos, confianza de los clientes, solidez de
las relaciones en la cadena, licencia social para operar, reputación,
marca...). Este comportamiento basado en el diálogo y en la buena ciudadanía corporativa
se ha desarrollado en general en empresas con una cultura más avanzada y
con una mayor capacidad de comprender los nuevos contextos para los
negocios del futuro.
La denominación a menudo incorpora variaciones en función del tipo de
organización sujeto: Responsabilidad Social de las Empresas (RSE), de
las Organizaciones no lucrativas (RSO), de las Administraciones públicas (RSA), de las Universidades (RSU)...
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En 2007 elaboré una definición de Responsabilidad Social que es la que
he ido utilizando, con diferentes variantes formales, en los escritos.
Lo he explicado en Definición de Responsabilidad Social. La que he usado durante los últimos siete años.
Voy ahora, aprovechando que han transcurrido siete años desde aquel redactado y que hace diez años que nació Responsabilidad Global,
a formular una nueva definición de Responsabilidad Social, no como
alternativa a otros sino para poder hacer uso de un redactado con el que
me sienta plenamente identificado y que a la vez pueda proponer a los
otros agentes como reflexión a compartir.
El hecho de que tenga diferentes párrafos, lejos de suponer un exceso de
literatura para una definición, está pensado para que se pueda utilizar
con la longitud que se prefiera, siempre yendo tomando más párrafos por
el orden en que están. Si se quiere una mera definición se puede optar
sólo por el primer párrafo o, incluso, por la mitad del primer párrafo.